Los salarios públicos crecen un 4,4% pese al plan de austeridad
El Ministerio de Economía argumenta que ese crecimiento obedece a que aún se recogen aumentos de personal pactados anteriormente, sobre todo en Interior y Defensa, y que entran en vigor ahora, lo que eleva el conjunto de las retribuciones. Los datos figuran en el informe mensual de las cuentas públicas que el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, presentó ayer en el Congreso.
La Administración central, según la ejecución presupuestaria, cerró febrero con un superávit de 3.277 millones de euros, un 0,31% del PIB. Se trata de números aún poco representativos, pues el Estado contabiliza pocos pagos al inicio del año y en cambio recibe algunos ingresos aplazados del anterior. No obstante, los gastos materializados en ese periodo con el criterio de caja, aunque correspondiesen a fechas anteriores, han crecido todavía a un ritmo del 22,8%, una cifra muy similar a la del conjunto de 2009, cuando las cuentas públicas sufrieron el mayor descuadre.
En los ingresos, sin embargo, sí se observa una importante suavización en la caída, con un 7,1% hasta febrero. Esa tendencia coincide con la previsión del Ejecutivo, incluso la mejora levemente. "Después de año y medio en que íbamos por detrás de las circunstancias, ahora la situación, si no controlada, sí que está anticipada", aseguró Ocaña. El efecto más claro se percibe en el IRPF, que prácticamente se ha estabilizado por la desaparición este año de la deducción de 400 euros.
En una comparecencia alejada de la tensión que suele presidir estos debates, el secretario de Estado defendió el alza del IVA y cargó contra los conatos de rebelión, en una clara referencia a dirigentes del PP como Esperanza Aguirre: "La subida da una señal clara a los mercados de nuestro compromiso con la estabilidad financiera, por lo que va a permitir que sigamos financiando la deuda a un precio razonable. Las llamadas a la rebelión hacen un flaco favor", argumentó.
En una reflexión similar, el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, subrayó, también en el Congreso, que dar marcha atrás en el incremento del IVA "provocaría una pérdida de confianza y un encarecimiento de la financiación superior a cualquier subida de impuestos".
Ocaña aludió, además, a la CEOE como uno de los colectivos que pidieron subidas del IVA cuando la economía tenía menos perspectivas de recuperación que ahora. Admitió, eso sí, que la propuesta era a cambio de una rebaja de cotizaciones sociales.
Sin las medidas de gasto que han disparado el déficit (11,2% del PIB en 2009, dos décimas menos de lo avanzado), la economía habría retrocedido el doble, según los cálculos de Ocaña, que replicó así a las objeciones del diputado del PP Vicente Martínez Pujalte.
Fuente: el pais.es