La volatilidad vuelve a los mercados
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La volatilidad ha vuelto con fuerza a los mercados de valores europeos, en los que los inversores se mueven más por impulsos que por razonamientos.
La sesión anterior dejó cierta incredulidad en el ambiente ante una reacción tan inesperada como inexplicable, pero que al fin y al cabo dejó los precios en unos niveles bastante elevados. La poca base de ese nivel de las cotizaciones dejaba a los mercados en una situación inestable que favoreció las caídas de esta última jornada.
El ambiente no era el más adecuado para recibir malas noticias y algunas afirmaciones sobre la ralentización de la economía europea en el primer semestre, junto con la posibilidad de que China limite el crédito en este ejercicio, fueron minando la escasa base del mercado.
El Ibex 35 abrió la sesión con algunas pequeñas subidas que muy pronto se fueron diluyendo para dar paso a una orientación a la baja lenta pero constante. Los 12.039 puntos del máximo intradía dieron paso casi al final de la sesión a un mínimo en 11.642,50 puntos, lo que suponía caer el 3,29%, aunque al cierre se suavizaron los recortes y el Ibex 35 perdió el 2,61% para quedar en 11.709,00 puntos. Tras este varapalo, el más importante en cinco meses, el Ibex 35 vuelve a acumular pérdidas en el año, después de la breve recuperación de la jornada del martes.
La Bolsa de Nueva York volvió a actuar de guía de los mercados europeos, aunque esta vez se limitó a acelerar un proceso que ya se había puesto en marcha previamente. En Estados Unidos se publicó una serie de resultados empresariales que a duras penas cubrieron las estimaciones de los analistas, lo cual, unido al mal dato de construcción de viviendas en diciembre, puso al índice Dow Jones de valores industriales en la senda negativa.
Las expectativas que manejaban analistas e inversores en las últimas semanas sobre la evolución de la economía parecen haber perdido consistencia en estos días, lo que, de paso, empieza a afectar también a las estimaciones sobre los resultados empresariales. Sólo con esta combinación de expectativas se puede entender que alguno de los grandes valores de la Bolsa española llegara a perder más del 3% en algunos momentos de la sesión, aunque luego se recuperaron ligeramente.
Fuente: el pais.es
La sesión anterior dejó cierta incredulidad en el ambiente ante una reacción tan inesperada como inexplicable, pero que al fin y al cabo dejó los precios en unos niveles bastante elevados. La poca base de ese nivel de las cotizaciones dejaba a los mercados en una situación inestable que favoreció las caídas de esta última jornada.
El ambiente no era el más adecuado para recibir malas noticias y algunas afirmaciones sobre la ralentización de la economía europea en el primer semestre, junto con la posibilidad de que China limite el crédito en este ejercicio, fueron minando la escasa base del mercado.
El Ibex 35 abrió la sesión con algunas pequeñas subidas que muy pronto se fueron diluyendo para dar paso a una orientación a la baja lenta pero constante. Los 12.039 puntos del máximo intradía dieron paso casi al final de la sesión a un mínimo en 11.642,50 puntos, lo que suponía caer el 3,29%, aunque al cierre se suavizaron los recortes y el Ibex 35 perdió el 2,61% para quedar en 11.709,00 puntos. Tras este varapalo, el más importante en cinco meses, el Ibex 35 vuelve a acumular pérdidas en el año, después de la breve recuperación de la jornada del martes.
La Bolsa de Nueva York volvió a actuar de guía de los mercados europeos, aunque esta vez se limitó a acelerar un proceso que ya se había puesto en marcha previamente. En Estados Unidos se publicó una serie de resultados empresariales que a duras penas cubrieron las estimaciones de los analistas, lo cual, unido al mal dato de construcción de viviendas en diciembre, puso al índice Dow Jones de valores industriales en la senda negativa.
Las expectativas que manejaban analistas e inversores en las últimas semanas sobre la evolución de la economía parecen haber perdido consistencia en estos días, lo que, de paso, empieza a afectar también a las estimaciones sobre los resultados empresariales. Sólo con esta combinación de expectativas se puede entender que alguno de los grandes valores de la Bolsa española llegara a perder más del 3% en algunos momentos de la sesión, aunque luego se recuperaron ligeramente.
Fuente: el pais.es
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